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Por Redacción

Académicos de la BUAP desarrollaron un método para la enseñanza de la lecto-escritura del español, que erradica casi al 100 por ciento los errores cometidos por niños de primaria durante la adquisición de estas habilidades, como los ortográficos.

Los encargados del proyecto “Método para la adquisición de la lectura para niños escolares con y sin dificultades en su desarrollo” son Yulia Solovieva y Luis Quintanar Rojas de la maestría en Neuropsicología de la BUAP, quienes se basaron en el sistema fonológico y reglas del castellano.

De acuerdo con los especialistas, ello puede agruparse en dos categorías: obstáculos neuropsicológicos que presenta el niño durante su desarrollo y los asociados a la falta de técnicas efectivas en los modelos educativos.

La propuesta incluye las etapas de análisis fonético-fonemático materializado, la construcción de los esquemas de sonidos de las palabras y la formación del hábito de diferenciación de las oposiciones auditivas del idioma español, como vocal-consonante, acentuado–no acentuado, blando–duro y largo–corto, con lo que se evitarían este tipo de problemas, generalmente atendidos con técnicas de memorización.

Es decir, promueven el aprendizaje consciente sobre el mecanizado, este último el más extendido con una propuesta que se basa principalmente en la identificación de las características esenciales de las oposiciones fonemáticas, del idioma español antes descrito.

Reglas no establecen relación entre fonema y grafema

Plantean que, en cada momento, los alumnos realizan acciones de acuerdo con el contenido de los conceptos que aprenden. Además, es importante la motivación de los escolares, que se logra a través de la presentación clara del esquema -conceptos y objetivos-, lo que les permite realizar las acciones prácticamente sin errores.

Durante más de diez años de trabajo, han identificado problemas en la escritura de palabras en las que las reglas no establecen claramente relación entre fonema y grafema, como la letra g, la cual tiene diferentes sonidos según su uso, por ejemplo en guerra y güero; incluso, al punto de confundirse con el fonema de la letra j, como es el caso de jugo y Gerardo, en las que los niños suelen suplir una por otra sin juicio consciente alguno –escriben gugo por jugo, por ejemplo.

Con el proceso de formación lectora que proponen, el cual se encuentra en proceso de obtener su registro de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, pretenden evitar estos errores “ortográficos” y afianzar un instrumento que esté al alcance de todos los educandos mexicanos que requieren de mejores modelos para su educación.
 

Aprender a leer y escribir de forma consciente, proponen

El “Método para la adquisición de la lectura para niños escolares con y sin dificultades en su desarrollo” nace de la Teoría de la Actividad de la Enseñanza-Aprendizaje: una base que permite cumplir con el objetivo de que el alumno posea habilidades lecto-escritoras que incentiven su desarrollo académico futuro.

De acuerdo con este enfoque psicológico, cada asignatura escolar debe considerarse como un sistema de conocimientos y no como acciones aisladas del alumno. Este esquema también ha mostrado bondades en la enseñanza de otros idiomas como el inglés, pues promueve habilidades metalingüísticas como la concientización de la palabra como objeto independiente de la acción del niño; la identificación del nivel fonológico del lenguaje o de los sonidos verbales dentro de las palabras del idioma; o la capacidad de clasificar los sonidos del idioma en vocales y consonantes.

Destacó que el niño tiene que darse cuenta que el idioma es un fenómeno social, aprender a realizar acciones de carácter morfológico, gramatical y semántico. “Aprendiendo a leer el niño debe adquirir los conocimientos generales acerca del funcionamiento del idioma, pues los niveles que participan en el proceso de lectura son distintos y jerárquicos: decodificación fonológica, representación grafo-motora, léxico, lógico-gramatical y finalmente sentido personal o la presencia del motivo personal para la lectura”, señaló.

En el inicio del proceso de la introducción de la lectura, ésta se representa en forma de una cadena de acciones desplegadas. De acuerdo con la estructura psicológica de la acción de la lectura, la cadena incluye el reconocimiento de la palabra como objeto de acción, la identificación de sonidos verbales en la palabra, el reconocimiento del sonido a partir de la representación gráfica, el descubrimiento del sentido del enunciado verbal, así como el control y verificación de todas estas acciones.

Dichas acciones deben ser conscientes para el niño, lo cual presupone una forma reflexiva de la enseñanza: característica diferenciadora de esta metodología que espera convertirse en la solución de los problemas metodológicos en la enseñanza del español en México.

 

Foto: Especial

Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...