Por Rafael Micalco Méndez

No es… suficiente una doctrina para integrar una acción política; pero es indispensable para fundamentar los valores que se trata de realizar en la democracia y para mover las conciencias y las voluntades de los ciudadanos.
Efraín González Morfín.

Acción Nacional es para muchos hombres y mujeres un compromiso de toda la vida, la doctrina que inspira nuestra fuerza política trasciende al ámbito personal. Y es ahí, donde adquiere una dimensión más allá de la coyuntura electoral o política del momento.

Es a nivel personal donde el PAN fundamenta su verdadera fuerza edificadora, donde el pensamiento humanista echa raíces y se comparte la mística de nuestro pensamiento, así como los lazos familiares, la gran familia panista se conforma por todos sus miembros.

Quienes hemos tenido la gran oportunidad de militar en el PAN por mucho tiempo sabemos que nuestra institución ha tenido muchos momentos, quizá de incertidumbre, también de triunfo, de esperanza y de lucha contra la adversidad. Ha sido la germinación de la semilla del humanismo que se cosecha a través de los años, que nos permite tener presente nuestro origen, en lo que creemos y por lo que luchamos lo que da forma a la brega de eternidad de la que hablaba Don Manuel Gómez Morin.

Carlos Castillo Peraza insistía en que nuestra fuerza estaba arraigada en una doctrina universal que se va demostrando y probando, no sólo en nuestra patria, sino en cada vez más y más extensas regiones del planeta.

Todos los panistas estamos llamados a continuar la obra indicada por los fundadores, siguiendo esa ruta donde se integran todos los militantes y liderazgos del Estado. La fortaleza de nuestro instituto se encuentra resguardada en la voluntad de miles, que habiéndose adherido voluntariamente a nuestra filas, comparten esta mística desde el plano personal hasta el político y social.

Ser panista es comprometernos con las ideas que constituyen nuestra institución, nos permite reconocernos y diferenciarnos de otros institutos, la mística de Acción Nacional nos enorgullece y nos motiva a continuar esta obra democratizadora en la historia de nuestro México. Por tanto, la institucionalidad es dejar de lado los temas personales y/o para atender el bien común.

Porque en democracia nadie pierde, nuestro pensamiento nos demuestra que, en cuanto nos acerquemos al Bien Común, todos ganamos. Nadie es derrotado cuando se pone por delante la búsqueda de los consensos, la unidad siempre basado en el convencimiento y reflexión de ideas.

Reconocer nuestra forma de organización, nuestras estructuras y procesos nos ayudan a conducir la vida interna y con ello damos vida al proyecto democrático, plasmado en nuestros documentos básicos como los son los Estatutos, Reglamentos, Principios de Doctrina y Código de Ética, entre otros.

Permitirnos disentir entre nosotros es señal de fortaleza institucional, ya que, a partir de dirimir diferencias legalmente argumentadas y fundamentadas, nos da la gran oportunidad de que a través de nuestras vías institucionales dirimir nuestras diferencias de enfoques sin vulnerar nuestra pertenencia al PAN.

Adolfo Christlieb Ibarrola compartía con nosotros que “Acción Nacional es el resultado de la actividad política de hombres que creyeron y creen en la fuerza de las ideas y de la palabra: es la obra de quienes han pensado y piensan que la verdad expresada en el terreno político es capaz de mover no sólo las inteligencias sino los corazones, para que el hombre se decida en la vida diaria a poner su actividad al servicio del bien de las comunidades en que vive”. 

Considero que en el mismo tenor de estas sabias palabras, debemos respetar la institucionalidad en el PAN, como una pieza clave para hacer del PAN una manera de vida, una decisión que nos acompañará siempre.

@rafamicalco

 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...