Por Redacción

La aviación rusa bombardeó este miércoles al Estado Islámico (EI) en Siria, enemigos del régimen de Bashar al-Asad, sin embargo, el secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, dijo que eran zonas sin dominio de terroristas.

Este martes, cuando el presidente ruso, Vladimir Putin llegó de Estados Unidos, se reunió con el Consejo de Seguridad para debatir sobre la lucha antiterrorista. Así, obtuvo la aprobación parlamentaria, y aseguró que la intervención se limitaría a apoyar desde el aire al Ejército del presidente al-Asad “sin participación en operaciones de tierra”.

Por lo anterior, insistió en que la participación de Rusia en dicha operación se basó en el derecho internacional, como respuesta a la petición oficial del mandatario sirio al-Asad.
Putin también afirmó que “considera posible unir los esfuerzos de todos los países interesados” en la lucha contra el EI apoyándose en los estatutos de la ONU.
Sin embargo, Carter consideró tal estrategia “un fracaso” por parte de los rusos, ya que “refuerza a los grupos extremistas sin buscar una solución política al conflicto”.

Según los datos recibidos en Washington, Rusia se ha coordinado con Irán e Irak, desde un recién fundado centro en Irak, pero no ha aclarado el grado de información mutua que fluye entre Moscú y las otras potencias occidentales que bombardean a los islamistas en Siria.

Además, de acuerdo con el diario ruso Novaya Gazeta, los militares rusos consultaron al sector petrolero, para inquirir sobre las estaciones de bombeo que deberían ser inutilizadas e impedir el transporte y el contrabando de crudo.

El jefe de la Administración Presidencial de Rusia, Serguéi Ivanov, declaró antes que la misión respondía a la defensa de intereses nacionales y que el número de ciudadanos rusos y países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) que se suman al EI “aumenta no por días, sino por horas”.

En este tenor, Putin, pese a las críticas que recibió por dicho bombardeo, recordó que el EI declaró enemigo a Rusia tiempo atrás.

 

Editado por: Marta Romero

Fuente: El País

Foto: El mundo