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Por Guillermo Alberto Hidalgo Montes

La piratería se ha convertido ya en un modus vivendi para millones de mexicanos que viven en la informalidad, esto no solo afecta económicamente a nuestro país, sino que merma también la estructura de la Seguridad Ciudadana, ya que esta actividad es una plataforma para alimentar y extender los tentáculos del pulpo llamado delincuencia organizada y hace nexos con otros delitos como el narcotráfico, la trata de personas, entre otros.

Desgraciadamente nuestro México se ha convertido en un país rico en cultura pirata. La importancia creciente del sector informal en la vida de la mayor parte de los mexicanos ha hecho de la piratería, el contrabando y la fayuca “deportes nacionales por excelencia”.

En México, la piratería golpea a un sin fin de industrias: software, música, cine, video, libros, ropa, calzado, vinos y licores, juguetes, perfumes, medicinas, televisión por cable, etc. En fin, hasta taxis piratas tenemos.

De acuerdo al último Informe Global sobre Piratería de Software que publica la Business Software Alliance (BSA), México tiene un índice de piratería del 56% (1.5 veces la media mundial del 37%). Esto es, por cada 10 programas de software instalados en el país, cerca de 6 son copias piratas. Las pérdidas en México para la industria del software por piratería ascienden a más de 180 millones de dólares. A nivel regiones, América Latina ocupa el segundo lugar de piratería de software con un índice del 58% sólo detrás de Europa Oriental con el 63%.

La industria discográfica en nuestro país reportó pérdidas por 2,700 millones de pesos el año pasado. El 65% del material musical que se vende en el país es pirata. México ya tiene medalla de bronce al ubicarse como el tercer país más pirata del mundo, con ganancias ilícitas que llegan a los 220 millones de dólares por concepto de CDs y casettes piratas. El oro y la plata corresponden a China y a Rusia respectivamente, según cifras de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica.

Otros industriales, como los fabricantes de bebidas alcohólicas, calculan sus pérdidas por vino pirata en más de 500 millones de dólares al año en México (problema que afecta también a la salud pública de una forma alarmante). Los textileros, por su parte, se quejan de que el 45% de la ropa que se vende en el mercado mexicano es de fayuca, es decir, importaciones ilegales que entran al país sin pagar impuestos. Y así, le podríamos seguir enumerando datos y cifras pero no acabaríamos en buen rato.

Hoy en día, el problema acumulado es un tamaño gigantesco: según analistas, cerca de 19 millones de personas se emplean en actividades informales, lo cual equivale a afirmar que el sector informal representa más del 46% de la población ocupada de México. Simplemente, el año pasado la economía informal absorbió a casi 600 mil personas ante el decrecimiento de las plazas de trabajo formales y el imparable crecimiento natural de la población económicamente activa (PEA). 

De este modo y al pasar de los años y los gobiernos, parece ser que la economía informal sigue siendo el salvavidas en el que descansa la generación de empleos en este país. Mientras el sector informal siga salvando el pellejo del gobierno al evitarle mayores protestas sociales por la falta de oportunidades laborales, la ilegalidad seguirá imperando. No todo lo informal es precisamente piratería y contrabando, sin embargo parientes sí son. En el sector informal se arraigan profundamente esas actividades y eso no es ningún secreto para nadie.

Al final de cuentas, si no gozamos de autoridades comprometidas con el cumplimiento de la ley por encima de todo (incluyendo aquí el derecho constitucional de que la ley sea pronta, completa, imparcial y gratuita) y de personal experto en alguna de las ramas de las ciencias periciales (Medicina, Tecnologías de la Información, Química, Ingeniería, etc) que coadyuven en las investigaciones contra este tipo de delitos, careceremos eternamente de un verdadero Estado de Derecho y seguiremos en un Estado Pirata o Contrabandista.

Mientras los piratas sigan desafiando las leyes y el Estado Mexicano no les declare una batalla real, a éste sector que afecta de manera directa la Economía, la Salud y la Seguridad Ciudadana, la informalidad seguirá siendo la madre de todas las formas de comercio.

 

    
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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...