Por Álvaro Conrado Pérez Aquino
La actividad política en todo país depende siempre de la evaluación hecha a su gobernante en turno, de su fiscalización o critica de la sociedad gobernada, la que no es negociable ni ser callada, por ser un derecho ciudadano.
Hoy a la mitad del periodo gubernamental de Enrique Peña Nieto es elemental planteárselo, porque de esa evaluación los gobernantes se distinguen y toman más y mejores bríos para culminar un periodo constitucional, o también empiezan un declive en las preferencias sociales y se origina el fracaso.
A la mitad del periodo de gobierno constitucional Enrique Peña Nieto, no es la excepción y aunque no sea primero de septiembre, me atrevo a hacerlo desde mi personal punto de vista.
No escapa a la lente de todos los mexicanos la forma en que se desenvuelve de nuestro presidente, cómo se ha desempeñado al lado de su esposa Angélica Rivera que, acostumbrada al mundo de la farándula, pretendió llevar igual vida, un poco desorbitada, pero olvidó que a su actividad artística le venía bien la crítica, porque bien o mal los comentarios, la mantienen en el gusto de la tele audiencia; cosa muy contraria al lado del primer mandatario de la nación, ahí la crítica es más severa y mordaz, habida cuenta de que son las figuras número uno del país.
Así el señor presidente de la República, Enrique Peña Nieto, con tanto padecer en los últimos meses por problemas exploradamente sabidos por la sociedad, a la mitad de su periodo de gobierno se le ha cansado el caballo, todo hace suponer que está enfadado con su quehacer político y con la crítica ciudadana.
Nunca antes, ningún otro presidente había estado en la palestra pública, tan criticado por tópicos hasta irrelevantes e irreverentes, pues vemos las redes sociales a diario ocuparse en gran parte de la crítica mordaz al presidente, al grado que se está pensando en reglamentar las redes sociales, pero eso sería otro craso error, porque se estaría imponiendo una mordaza a la libertad de expresión y libre manifestación de las ideas, garantía constitucional vigente en nuestra Carta Magna.
Ni siquiera el ex presidente Felipe Calderón fue tan criticado a la mitad de su mandato, bueno ni Vicente Fox, con todo y su carácter ranchero y poco acertado al hablar, tal parece que los acontecimientos de falta de resultados positivos en el renglón de seguridad y administración de justicia han golpeado feamente al presidente.
Otra cosa es que haya aceptado en su tercer informe esa falta de resultados por el caso Ayotzinapa, o la pobreza extrema que aumenta en México, o también el deslizamiento del peso frente al dólar Americano, etc., y de paso la casa blanca de las lomas, en fin, vemos un presidente cansado, agobiado, probablemente enfermo y presionado por la falta de resultados.
Dice que la Reforma Educativa es la mejor y más fuerte de su mandato, cuando en el pasado reciente se había dicho que era la energética o la hacendaria, y no lo han sido, como tampoco lo es la educativa, pienso que el caso Oaxaca, con haberles quitado el poder a los profesores, no alcanza a ser la acción principal del Gobierno Peñista. No, no es una buena evaluación de la primera mitad del Gobierno de la República y la segunda parte no se avizora promisoria a cómo van las cosas.
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