buap1

Por Redacción

Para abatir las dificultades en el aprendizaje del inglés y revertir los malos resultados de los mexicanos en el dominio del idioma, la BUAP desarrolló un método de enseñanza que promueve el aprendizaje reflexivo.

Yulia Solovieva, investigadora de la Facultad de Psicología es la encargada de ese sistema que basado en la introducción del sistema de sonidos del inglés y de reglas sobre el uso de letras.Con esta contribución se busca mejorar el dominio del idioma sajón en los hispanoparlantes y en particular de los mexicanos, pues el país se sitúa en el lugar 39 de 63 evaluados por el English Proficiency Index 2014 (Índice de Nivel de Inglés 2014), de la compañía Education First, la cual también ubica a México en el sexto lugar en América Latina, por debajo de Argentina, República Dominicana, Perú, Ecuador y Brasil.
La investigadora en el área de Psicología Educativa y del Desarrollo, con más de 20 años en el estudio de las funciones de las bases cerebrales en los procesos de aprendizaje, informó que el “Método para introducción de la lectura y la escritura del idioma inglés en la etapa inicial” consiste en promover en los estudiantes el aprendizaje reflexivo y consciente de habilidades lecto-escritoras, con el uso del sistema de sonidos y ciertas reglas de grafemas -o letras- establecidas en este idioma. 

A prueba en alumnos de primaria

Yulia Solovieva, Doctora Honoris Causa por la Universidad Nacional de Perú, con sede en Huánuco, afirmó que tras poner en práctica de manera sistemática este método entre escolares de los primeros grados de primaria que se acercaban por primera vez al idioma, éstos obtuvieron mejores resultados en sus habilidades lecto-escritoras, redujeron casi en su totalidad los errores frecuentemente manifestados en el aprendizaje de un segundo idioma, además de presentar una mayor motivación en las tareas y actividades programadas. Lo anterior, en comparación con alumnos que participaron en cursos tradicionales. 
Es decir, al conocer el sistema fonético-fonemático del inglés y contrastarlo con el del español, su aprendizaje se realizó de forma consciente, por lo que los errores comunes en este proceso disminuyeron considerablemente, casi en su totalidad. “No cambiaban las letras, ni su posición en las palabras. Eran capaces de construirlas sólo con escucharlas y sin necesidad de memorización, pues en su lugar utilizan sus capacidades reflexivas”, agregó.

 
Errores asociados a sonidos 

Los errores del análisis fonético-fonemático de las palabras se pueden prevenir a través de este método, debido a que todo el trabajo se dirige a la formación de esta habilidad. Por ejemplo, muchos errores ortográficos en la escritura se deben a un análisis insuficiente de la estructura de los sonidos de la palabra, por ejemplo “ship” por “sheep”.Los errores del tipo “gump” por “jump” se relacionan con el desconocimiento de la correspondencia entre el sonido y la letra del idioma dado. Muchos de estos errores pueden ser prevenidos. 

Con solicitud de patente

Solovieva señaló que la efectividad del método -el cual posee la solicitud número MX/a/2014/013019 para obtener su registro de patente en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial- radica en la sistematización de la estructura fonético-fonemática del idioma inglés, de acuerdo con los tipos de relaciones que existen en este idioma. Así como en su introducción en los escolares, quienes se hacen conscientes de los procesos de construcción de palabras, evitando así la memorización.
Para ello, la investigadora de la BUAP identificó y sistematizó las relaciones entre sonidos y letras en el inglés, pues en la mayoría de los idiomas del grupo indoeuropeo, la letra no siempre representa un fonema, puede variar de acuerdo con la vocal que le sigue o se pueden necesitar varias para expresar un único sonido.
Asimismo, un solo fonema puede ser representado con diferentes letras como las vocales, o el caso de ch y sh. “Incluso hay variaciones regionales, individuales, como los sonidos representados por la r, la cual también depende de su ubicación en la palabra”, agregó.
Por otro lado, este exitoso método de enseñanza se basa también en los conocimientos del idioma materno de los niños, en este caso, el español, al comparar  constantemente tipos de sonidos y sus relaciones con letras de ambos idiomas (español e inglés). Además, el método se construye sobre la base de la formación de las acciones mentales por etapas, propuesto en múltiples estudios de la Teoría de la Actividad aplicada en la enseñanza.
  

“Ni los docentes mismos saben qué enseñan”: Yulia Solovieva

La doctora en Psicología del Desarrollo por la Universidad Estatal M.V. Lomonósov de Moscú, Rusia, comentó que cuando se introducen habilidades de lecto-escritura de un idioma entre niños de primaria, generalmente los pedagogos no enfatizan en la diferenciación de letras y fonemas. “En muchos casos los docentes tienen una confusión total: no saben si están enseñando letras o están enseñando sonidos”, consideró.
Lo anterior lo ejemplificó con el número de vocales del español e inglés: “mientras que en el castellano hay sólo cinco vocales, en el idioma sajón existen trece. No obstante, en ambos se utilizan cinco letras para representarlas”.
El tipo de la enseñanza propuesto en la BUAP se basa en la diferenciación de los sonidos verbales del idioma dado. Se sugiere su implementación a partir del segundo grado de la escuela primaria, cuando los niños hayan adquirido habilidades de escritura y lectura en su propio lengua, pues la enseñanza de una segunda se realiza a nivel mucho más consciente y voluntario, a diferencia del idioma nativo que se adquiere a partir de la experiencia.
Explicó que la formación de la lectura en niños escolares constituye la decodificación de símbolos escritos (letras) en símbolos fonéticos (sonidos). A diferencia de la adquisición del lenguaje oral que se da a nivel inconsciente o semiconsciente, el aprendizaje de la lectura, desde el inicio mismo, se introduce como un proceso consciente y voluntario, como una alternativa a la enseñanza tradicional con su predominio de memorización, repetición y copia  mecánica prácticamente sin comprensión reflexiva de los contenidos de aprendizaje. 

 

Foto: Cortesía BUAP