Por Álvaro Conrado Pérez Aquino
Como han resultado las noticias recientes del país vecino, Guatemala, en que el pueblo guatemalteco optó por desaforar a su presidente constitucional, acusándolo de diversos delitos graves,por lo que se le puso en manos de la justicia del país y, finalmente, en menos de una semana está tras las rejas y enfrenta el juicio político de su pueblo.
No podemos menos que lamentar que los grupos anti Peñistas, o ciudadanos inconformes, hayan infestado y lanzado en México una campaña de firmas en contra del Presidente Peña Nieto, esto es demasiado peligroso para la paz y tranquilidad del país, cierto es que existen varios casos de corrupción denunciados y que ante ellos debe proceder el gobierno que Enrique Peña Nieto encabeza, y que al poner el ejemplo de disposición de combate a dichas conductas ilícitas, mucho se ganaría, pero por el contrario se han solapado casos graves como el del exgobernador Moreira, que fue por muchos millones de pesos.
Por estas omisiones y olvidos adrede, es que actualmente ya comienza a inquietarse al ciudadano en las redes sociales, que con muy poquito, y con igual cantidad de criterio, se dispone a listarse en comentarios adversos e improperios contra el Presidente, no necesariamente, nuestro mandatario debe seguir la misma suerte que el de Guatemala, existen otros caminos para presionar y pedir el castigo a culpables, a tiempo, sin lugar a dudas, no esperar que las cosas se desborden, que llegue el caos publicitario y que nuestro presidente tenga tan mala imagen ante los ojos de los mexicanos y en el extranjero.
Recordemos que somos un país democrático, que mediante el derecho de voto podemos cambiar las cosas y como ejemplo cito: que debemos dejar de lado la acción de vender el sufragio, dejar de ser acarreados, ser dignos y no aceptar despensas, bultos de cemento o una lámina en tiempos de proselitismo electoral, debemos ser firmes en nuestras decisiones y, con libertad, votar por un candidato que nos despierte la convicción de que hará bien las cosas, que representará a pie juntillas el deseo de los mexicanos, interpretando nuestra voluntad y nuestra realidad económica y, así, que nuestros jóvenes tengan las oportunidades iguales en las universidades y en los centros de trabajo. No es con el mismo ejemplo de los guatemaltecos como debemos resolver nuestro México actual.
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