Por Juan Carlos Lastiri
En un mundo globalizado, la competencia por atraer capitales es una constante que no puede descuidarse, dado que se entiende que la inversión externa es un motor del desarrollo de cualquier país.
Si bien no hay un solo factor que incida para atraer estas inversiones, se sabe, desde que el sistema capitalista se forjo en el mundo, que la infraestructura es una condición para el desarrollo de cualquier espacio.
En este sentido, se entiende que la movilidad del capital es una condición clave para su reproducción, y quien la tenga tendrá las mejores opciones para captarlo. Esta semana, el Presidente Enrique Peña Nieto ha sido claro en la intensión que tiene nuestro país en términos de lo que la infraestructura representa para los mexicanos.
Con la inauguración del Bulevar Industrial Automotriz y el Distribuidor Vial Número 9 del Anillo Periférico Ecológico, en el municipio de Puebla, con una inversión del orden de mil 700 millones de pesos, el Gobierno de la República muestra su compromiso para seguir invirtiendo en obras que no solo mejoren la seguridad de los ciudadanos, sino que den proyección a los municipios de México.
Hoy se entiende que la competitividad de un país pasa por las condiciones de infraestructura que tenga, para atraer inversión interna y externa.
En lo que va de este gobierno, en México hay proyectos y hay inversiones de más de 82 mil millones de dólares, cifra histórica en la inversión que se ha realizado en el país. Esto ha propiciado que, con ella, se hayan hecho importantes anuncios de nuevas inversiones en la industria automotriz que habrán de concretarse en los próximos años, del orden de 25 mil millones de dólares.
Se han hecho importantes reformas estructurales precisamente para acelerar la competitividad, para volvernos más productivos y, sobre todo, para que México siga siendo un país confiable; tal como lo apunta el Presidente Peña Nieto, “nuestro país quiere seguir despertando confianza para la propia sociedad mexicana y para aquellos que apuestan y se la juegan con México, como es el caso de la empresa global Audi, cuya decisión de establecerse en el Estado de Puebla, no fue casual”.
Y esto es claro al observar el esfuerzo que la coordinación de los diferentes órdenes de gobierno ha llevado para darle las mejores condiciones a esta empresa. Se está trabajando en una “Ciudad Modelo” que pretende ser un lugar con las mejores condiciones para el desarrollo de quienes van a laborar en esta planta, y así, darles las mejores condiciones de desarrollo para aumentar la productividad de la misma.
Tan importante es el tema que el Presidente ha instruido a la nueva Secretaria de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano de que sea el enlace por parte del Gobierno Federal para el desarrollo de este proyecto. El proyecto se llevará a cabo en el municipio de San José Chiapa, tendrá una inversión para una primera etapa de 1,200 millones de pesos para infraestructura básica y se espera que en 25 años esta ciudad se la segunda más poblada del estado.
Con estas garantías, se espera que la derrama económica de inversiones en la zona aumente y se tenga mayor competitividad de la entidad. Nuestro país debe seguir apostando, a pesar de los embates económicos externos, a mejorar su infraestructura y con esto su potencial de hacer productivos a los capitales que inviertan en él. Esto no es nuevo, se ha observado desde hace mucho y hoy, a través de ejemplos como Puebla, percibimos que el camino no es equivocado.
Se tienen planteadas más acciones que detonarán capitales, tales como las llamadas Zonas Económicas Especiales. Sin duda, el Gobierno de la República está apostando a algo que ha demostrado, en otros países, traerá mejoras en el desarrollo de México y de todos los mexicanos.
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