En México, al público no le es fácil digerir los temas del narcotráfico, muerte o la corrupción en películas que se producen en el país, comentaron los creadores del filme “Nosotros los Nobles”, el cual ha sido el más taquillero.

Gary Alazraki y Leonardo Zimbrón, director y productor de dicha cinta, respectivamente, estuvieron en Puebla para dar una conferencia sobre el éxito de su trabajo y reflexionaron acerca del séptimo arte desde la perspectiva de los espectadores.

“Nosotros los Nobles” se basa en un arquetipo de “pobres y ricos” por lo que puede ser clasificado como un cliché. Éste es el asunto que “aturde” al cine nacional, ya que casi todas las historias lo son, sin embargo, lo importante es contarla de manera diferente, para que se convierta en algo que no todos están acostumbrados a ver.

Ambos hicieron referencia a la situación en la que el país se encuentra, dónde la política, seguridad, educación y el arte sufren decadencia que se ve reflejada en los consumos de la sociedad.

Irrealidad, “pizca” de las historias

Señalaron que la comunidad busca refugiarse en historias que la alejen de su realidad. Es por ello que el cinéfilo mexicano no tiene el deseo de ver cintas nacionales que reflejen su problemática.

Mencionaron que si se combina el drama con comedia el resultado es una mezcla que permite “observar desde arriba”: la mala suerte de los demás, lo irónico, la burla de lo ajeno, es decir la comedia, aquello que da la pizca al largometraje.

“¿Cuántas veces hemos sido testigos, o, al menos, habernos enterado de una situación similar? ¿Es común que un padre de familia mexicana que lo tiene todo, decida dar una lección a sus hijos, haciendo pasar en quiebra su empresa?” cuestionario.

Apuntaron que el 1.71 por ciento de la población del país es de clase alta, lo que automáticamente hace del restante –98.29 por ciento– un público que probablemente no sienta empatía con la situación, pero sí “anhela equilibrar la condición humana de trabajo y esfuerzo”.

Como datos curiosos: la película ha sido la más taquillera en la historia del cine nacional, logró hacer en tres días lo que el Caballero de la Noche hizo en un mes y no descartaron la posibilidad de hacer la segunda parte.

Foto: Ángulo 7